Anular voto ¿responsabilidad ciudadana?

Iliana Rodríguez Santibañez
Publicado en Día Siete

Escucho la radio y leo el diario, me encuentro que para rebelar inconformidad contra el quehacer y no quehacer de gobernantes y quienes aspiran a ello, o sea los partidos políticos, se lanza la invitación al voto en blanco.

Esta acción si bien es cierto, implica que en algunos sistemas políticos donde se encuentra regulada esta figura, la posibilidad de depositar un voto como tal, en blanco, supone incluso dejar en los Congresos curules vacías que reflejan dicho "voto".

Existe el método denominado sistema D'Hont que constituye una forma electoral de repartir proporcionalmente escaños políticos o curules. Dicho método es aplicado en países como: Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Croacia, Suiza, Turquía, entre otros.

Así, el voto en blanco en éstas naciones, contrario a nuestro modelo electoral donde no se contempla por el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), es un voto válido y se considera para fines de cómputo de manera legítima, a diferencia del voto nulo que no es efectivo y tiene el mismo impacto que la abstención.

En México, tendría este impacto, aparte de la demostración de inconformidad, y significaría: aceptar que todos nuestros representantes políticos son ineptos y/o corruptos, que las instituciones "se vayan al diablo" y, por tanto, sería un tropiezo para nuestra democracia en ciernes.

Implica a la larga, el no voto, y su consecuente anulación. ¿Qué se logra? ¿Demostrar que no se está de acuerdo? Y con ello, contrariamente a fortalecer la candidatura más votada. ¿Aunque no nos guste? ¿A quién y por qué se le ocurrió esto cuando los tiempos electorales están próximos?, ¿Qué interés hay en ello?

El voto en blanco en nuestro sistema es falaz y retrógrado, lejos de construir una democracia, la lesionan y la retroceden, cuando en materia electoral han habido avances importantes, quizás no los que uno querría de manera inmediata, pero recordemos que a partir de la década de los 90´s hacia acá, tenemos al fin un IFE, un TRIFE y un TEPJF, instituciones sólidas que nos permiten una transparencia que antes no existía ni por asomo.

Como he mencionado anteriormente, tanto el no votar como el voto en blanco tienen el mismo efecto: la abstención, es decir, no cambiar absolutamente nada.

Por el contrario, es necesario informarnos de plataforma políticas, votar con conocimiento de causa, participar activamente, y desde nuestras comunidades exigir a nuestros representantes, buscar la forma de cambiar nuestro alrededor a través de ideas y acciones efectivas, votar por quienes han trabajado para poder ser votados, creer no en los partidos sino en la representación de un régimen democrático. Sólo echen un vistazo al mundo, y decidan lo que crean mejor, pero decidan y realicen, no se abstengan.

Todavía sería mejor votar y empujar iniciativas donde el fuero constitucional que les confiere "inmunidad" a nuestros legisladores, se les restrinja para llevarlos ante la justicia por acciones indebidas o indebidas inacciones.

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