Publicada en el Reforma
3-junio-2009
Es propio de acomplejados y mediocres proponer al menos malo, sobre todo porque los partidos podrían elegir a candidatos mejores. No lo hacen porque sus liderazgos son burocracias que defienden negocios y temen la llegada de gente mejor preparada. Hay quienes repiten que la anulación favorecerá al voto duro; extraño razonamiento porque todos los partidos cortejan o compran el voto corporativo e ignoran al ciudadano independiente. ¿Cambiará eso si volvemos a
darles el voto?
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