Voto de castigo pero no nulo

Ciro Murayama
Publicado en La Crónica
26-junio-09

Inicio este artículo con dos premisas: 1) la insatisfacción hacia el desempeño de los partidos políticos es ampliamente generalizada, de tal suerte que sea más común votar escogiendo al “menos malo” que premiando la labor de un partido. 2) Cada voto nulo o cada elector que se queda en casa favorece al llamado voto duro o, simplemente, hace que sean determinantes los sufragios de quienes sí votaron por alguna opción registrada.


Si se trata, entonces, de sufragar por el menos malo, o de ejercer un voto de castigo hacia las peores alternativas, van a continuación una serie de argumentos para que, antes que desperdiciar el voto, se utilice así sea como instrumento de castigo o para tratar de conjurar los escenarios más indeseables.


1) ¿Manos libres al Presidente? En la época en que el Presidente de la República y su partido podían aprobar leyes sólo con sus votos antes de 1997 —la deliberación parlamentaria era un mero trámite. El PAN, en esta elección, pide respaldar al presidente Calderón. Si ese partido se hiciera con la mayoría podría aprobar, por ejemplo, las leyes de ingresos y egresos de la federación sin negociar con otra fuerza política. ¿Ha tenido un buen desempeño económico el gobierno? ¿Le convence a usted el diagnóstico que ha hecho el equipo económico del Presidente, que desde hace meses viene diciendo que lo peor de la crisis ya pasó, para encontrarnos al día siguiente con un panorama más desalentador? ¿Cree que sería conveniente que el PAN pudiera decidir él solo el monto del gasto público y su distribución en esta crisis? Si usted considera que la política económica del gobierno debe tener contrapesos de la oposición, tendrá una buena razón para no votar por el PAN. Si su diagnóstico es el contrario, y cree que la oposición sólo entorpece la labor de un gobierno que está haciendo las cosas bien, adelante, su voto es necesario para las medidas de Carstens.


2) ¿Quiere ayudar a que Clara Brugada sea delegada? El Partido de la Revolución Democrática es incapaz de procesar sus disputas internas. Esta vez, el pleito fue en Iztapalapa, la capital más poblada del Distrito Federal. En una decisión si se quiere cuestionable, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) —pese a que las dos grandes corrientes del PRD impugnaron las votaciones en su propio partido—, decidió que las elecciones eran lo suficientemente limpias para no ser anuladas y revocó la decisión interna del PRD, nombrando a Silvia Oliva candidata y desplazando a Clara Brugada. En una singular apuesta política, Andrés Manuel López Obrador, enemistado con la dirección del PRD, lanzó un plan que consiste en varias cosas: 1) votar por el candidato del PT en Iztapalapa; 2) hizo que ese candidato se comprometiera a renunciar una vez que ganara; 3) planeó que el Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, propusiera como delegada sustituta para Iztapalapa a Clara Brugada y, 4) dio por sentado que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, obedecería y nombraría delegada a Brugada. Si usted cree que en esa estrategia hay una buena dosis de autoritarismo y que ni el delegado electo —el que sea—, ni el jefe de Gobierno y menos aún el Poder Legislativo de la capital deben prestarse a tales instrucciones, puede usar su voto aunque no viva en Iztapalapa. Si usted vota por los candidatos a la Asamblea Legislativa del PT y Convergencia, e incluso del PRD, es muy probable que lo haga por un fiel seguidor de AMLO. Una manera de evitar tener una Asamblea al servicio de López Obrador, es votar por algún partido de oposición en la capital. Pero si usted quiere ayudar a AMLO a convertirse en el gran elector del DF, como en la vieja usanza era el presidente todopoderoso, ya sabe por quién sufragar.


3) ¿Quiere a Televisa y TV Azteca con representación legislativa? El llamado Partido Verde Ecologista de México (PVEM) ha desplegado una serie de acciones tendientes a cuestionar el marco constitucional vigente en materia de competencia electoral, que tiene como una de sus definiciones claves y más novedosas impedir que el poder del dinero y de los consorcios de televisión graviten sobre los procesos político electorales. Está prohibida la compra de publicidad electoral en radio y TV. El Partido Verde, sin embargo, se ha dedicado a ir a contracorriente de lo establecido en la ley y ha sido funcional a los intereses de las televisoras: las defendió cuando desacataron las instrucciones del IFE para transmitir las pautas de los partidos políticos y de la propia autoridad electoral. Más adelante, diputados del PVEM contrataron publicidad, con dinero de origen desconocido, para difundir sus iniciativas legislativas —si así se le puede llamar a la pretensión de instalar la pena de muerte— con sus lemas de campaña electoral. Luego, los candidatos del PVEM prestos acudieron a firmar los compromisos que la organización SOS exige, desde las pantallas televisivas, a los actores políticos y que implican, entre otras cosas, volver a permitir la compra de publicidad política en los medios electrónicos y suprimir la vía de llegada de las minorías al parlamento: la representación proporcional. El PVEM actúa como instrumento de los poderes fácticos en la arena electoral. Si usted considera inadmisible la conducta del PVEM, vote por algún otro partido.


En suma, su voto es útil no sólo para construir escenarios deseables, sino para evitar males mayores: úselo. Y tome conciencia de que si usted renuncia a tener representación y anula su voto, de cualquier manera ya hay quien se hace pasar por su representante y vocero: hasta una “Asamblea Nacional” llamada “Anulo mi voto” van a crear para lucrar con su “no voto”: ¡aguas!

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